domingo, 14 de marzo de 2010

Crónica de un entierro anunciado

Como se imaginaran, es muy difícil ha veces escribir sobre las hembritas que nos hemos comido (algunas una sola vez,  aunque a otras, le hemos metido más huevo que chaufa de carretilla) en fin,  el caso que presentare a continuación se trata de alguien que me la tire tantas veces que le llegué a conocer los más recónditos espacios en los que el sol nunca ha ingresado.

Esta flaquita es de las típicas pituquitas de barrio, que cuando le metes huevo al inicio te dicen, “así no” “ dueeele” “ esta pose no me gusta” “no me chupetees los pezones” y así un montón de huadas que a veces llegan al chompiras, pero uno por respeto a nuestra santa arrechura debemos aguantar.

Así me paso cuando la conocí y las 2 veces que me la tiré, solo lo hice por algo que en verdad me gustaba, tenía un rostro bastante agradable, cuando pensé que ya no iba a haber una tercera, decidí aventurarme y dije –a la tercera va la vencida-  grande fue mi sorpresa en que desde esa vez nos entendimos, sexualmente hablando, y en la cual comprendimos que es lo quería cada uno del otro, desde esa fecha ya son incontables las veces en que le he arrinconado el piano.

A veces en que el amor nos toca la puerta y uno debe de atenderlo, por lo cual decidí dar un paso al costado y pase solo a reventarla una vez por semana, claro esta que en esta novela el templado no soy yo, y con ella nos encontrábamos solo cuando su amor salía a trabajar todo el día, vesta pendeja!!.

Como decia, fue esa tercera vez como una primera, cuando llegamos al telúrico, que de ahí en adelante iba a ser mi centro de operaciones, y como siempre, a manera de romper el hielo uno se pone a hablar de cualquier huevada que ha ellas les guste, entre una y otra cosa ya estábamos tolacas, estando ella boca arriba y yo bombeándola de a pocos, incline mi cabeza para morder su cuello, su oreja y baje hasta sus pezones que poco a poco se erectaban, la noté que se fue arrechando y en eso decidí mandarme.

Aprovechando ese momento de arrechez (si así carajo se escribe o es más, si ese término existe) baje mi lengua a su ombligo y comencé a pasearla por ahí, luego delicadamente pasee esta bendito instrumento a través de sus ingles mientras ella me decía, “por favor no”, por favor!!... claro está que cuando ellas dicen  "NO" en el fondo te están pidiendo que “SI” lo hagas.

Como decia, en eso baje mi boquita y pase mi lengua por esa maruchita, rosadita, peladita, con ese olorcito natural y que alguna vez lo hemos sentido en alguna otra jeba tal cual gata arrecha, durante ese estado de transición, poco a poco fui penetrando mi lengua,  presionando suavemente sus labios, luego le fui metiendo lentamente hasta que con mis labios tocaron su clítoris y con un leve susurro sentí que se estremeció.

Pase mi lengua por su clítoris en un movimiento circular y luego con mis labios fui succionándolo y paralelamente mi lengua jugueteando su tesorito, sentía que se estremecía una y otra vez!! ... miré hacia arriba para ver cómo estaba y la vi en ese estado de transición sexual que para mí fue placentero, ella me agarró de la nuca evitando que yo saliese de ahí y poco a poco fue moviendo mi nuca como queriendo manipular un aparato sexual ha beneficio de ella, mi lengua juguetona no paraba, al contrario, succionaba y se movía rápidamente hasta notar que contraía más de una vez todos sus músculos pélvicos, en eso me levanté y me acerque a sus labios, ella me agarró del cuello, me jaló y acerco su boca a la mía, pasando ferozmente sus labios por los míos, nuestras lenguas se retozaban mientras mi mano tomaba el lugar que mi lengua había dejado, ella seguía en ese estado de extasis, lo confieso, pocas veces lo he visto.

Como ya el demonio se había poseído en mi, aproveché ese estado y le dije, “te lo quiero meter atrás” abrió esos ojitos y me dijo casi susurrando –lentamente por favor- me acomodé y agarré mi herramienta que en ese momento estaba como para derribar cualquier muro, colocándole en la entrada de ese culito que me esperaba ansioso y de un movimiento único, brusco, sin compasión, se la enterré hasta el fondo, en eso levante mi mirada, cuando la vi,  parecia  que entraba en shock y emitio un quejido que me hizo estremecer, pero de miedo!! dio un solo grito como si le hubiera enterrado una estaca, me miró y cogió la almohada para morderla y gritar en ella más de una vez.

Me asusté y quise retirarla, ella me lo impidió y su mirada me indicaba que esperaba le rompiera unos cuantos pliegues, como soy obediente le seguí dando hasta que vi sus ojos rojos, derramando lagrimas y en un rictus de dolor y placer me contagio de su estado y no me pude contener saliendo tal cantidad de leche que yo mismo me sorprendí.

Luego nos acostamos, extenuados, nos abrazamos como cómplices de una aventura que nunca se debe contar, se quedó dormida un rato, luego nos levantamos pues nos  acordamos que me esperaba mi mujer en casa y a ella su enamorado en el parque.

La jale con mi auto y nos despedimos con un beso en la mejilla, como amigos, mientras su enamorado me miraba –pues la estaba esperando- él levanto la mano para saludarme, yo solo atine también a levantar la mia, previniendome solo murmuré, “por siaca, la tuya, cachudo.”


 
PD.

1. Todos los hechos y personajes son de la vida real (hasta incluso el venado)
2. No vale jalarse la tripa..jajaja


(última edición Miercoles 30 marzo, se le agrega foto donde sonrie.)

Lycos
 


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué buena la del venado, claro que ya me la contaste completa y es mejor aún. Habrá que darle una revisada porque hace un huevo de tiempo que no la veo y ese tubo me interesa....y mucho!!
Saludos,
KoKeTo

Lycos dijo...

Veste koke ton, gracias por la visita.... a esta no le doy curso hace un mes así que no me la maltrates mucho.

Ese venao, no le han salido cachos pues de niño no le daban calcio jajaja!!!

Anónimo dijo...

Maestro suelte a la muchacha, uno quiere darse un remember con ella pero me dicen que Usted le ha llenado la agenda....no sean mal pensados, sino que la tiene separada todos los días!!

Un abrazo

Koke

Lycos dijo...

Jajaja...nada manito, aunque no lo creas, solo le he arrimado el piano 3 veces, en una semana...mentira!!

Lycos