jueves, 26 de julio de 2012

De la amistad, el sexo y otras hierbas mas....


Fue un viernes por la noche, o era sábado de madrugada? No sé, lo único que sabía era que el trago se me había subido y abrazado estaba con esas 2 hermanas.   Mi chacal, que por ese entonces no solo fungía de guía era también mi fiel y solitario escudero, que cuidaba mis espaldas y sobre todo mis bolsillos de alguna casquivana compañía femenina que a lo mejor osaba creer que encontraba un punto fácil de relojear y/o sobre todo pepear.


Como decía, abrazado estaba de ellas en la pista de baile y cuando voltee para sentirme seguro, mi chacal yacía sentado, con la cabeza de lado y babeando cerveza del cual se encontraba intoxicado, mejor dicho, taba hasta el pincho de borracho, solo atine a sonreír y seguir, según creía yo, bailando.


Besitos por aquí, paleteadas por allá, el trencito, la punteadita, pan con pescado y así entre los 3 nos divertíamos, cuando ya me disponía a escapar y copular (o sea, cuando ya arrecho me quitaba a tirar) vi como mi  fiel chacal en un instante en que creía seguramente  estaba en su cálida cama, se movió  y  cayó de la silla, mejor dicho,  se saco la entreputa!! Y aún así seguía durmiendo.

He ahí amables amigos donde entré en un dilema moral, esos de aquellos en que tienes que decidir entre un buen rato de sexo desenfrenado, fantasías por seguir cumpliendo y crear recuerdos para una vejez tranquila o, por otro lado, cumplir con aquella persona que honrada y fielmente me acompaño, así que decidí rápido….. y Salí con las hermanas.

Estando ya por la puerta del local recordé que al día siguiente la mujer de mi chacal me había invitado a almorzar y ahí sí sentí remordimiento, hable con las chicas y les dije para mejor salir al día siguiente (o era ese día?)  Fui a buscarlo y cual soldado Ryan tuve que cargar esa huevada que pesaba…uff!!  lo deje en la casa del suegro, ahí mismo el tío me invito unos tragos que me dejo privado.

Ya de día, Con la leche rebalsando a borbotones  las llamé, una de ellas no podía salir pues tenía que ir con su enamorado y con la otra volvimos a tomar unos tragos que nos empilo y nos descobramos lo que había quedado pendiente.

De ella  note su vena artística, pues le encantaba la cámara, así que ni corto ni perezoso poso para el lente mientras se la enterraba, como toda mujer al inicio siempre te dice no, pero con mucha labia y saliva uno siempre puede ir por el lado oscuro al cual entre y como en conga, encontré oro.

Hasta ahora recuerdo esa tarde pues luego de la enterrada respectiva fui a buscar a mi chacal y apareció cual hellboy, con un par de cachos productos del golpe y a mi lado, esa charapita de dulce sonrisa y blanca inocencia se reía de mi pobre escudero y yo, ayyyy, pobre yo,  no me habia dado cuenta que me habia tirado al lobo (en este caso loba) disfrazada con piel carnero.....nunca  imagine lo que me iba a suceder en el futuro......bueno, ese es otro cantar.

Lycos