sábado, 17 de septiembre de 2011

martes, 13 de septiembre de 2011

LA MUJER BARBUDA

 A ella la conocí hace ya muchas lunas, fue “mi ticket ganador” la que una mano virgen (por no decir pajera) saco de esa bolsita llena con papeles escritos de muchos nombres, todos ellos “colegas míos” que compartimos y disfrutamos de los placeres de la carne, algo así como “mis hermanos de leche” aunque el termino correcto sería, según creo yo, “compadres de putas”.

Bueno, el caso es que en esa fiestita sorteamos sexo al paso, los ganadores de este sorteo escogían cual leones a algunas invitadas –dispuestas a todo generalmente- para satisfacer nuestros ímpetus arrechisticos (nuevamente digo..Existirá este puto termino?? ) y, cuando Salí sorteado la escogí a ella, blanquita, buen quiebre, teresas aparentemente firmes y un “aire a inocencia” que despertaba con locura al ser que estaba debajo de mi cierre.

Desde esa vez hasta la actualidad, ya pasaron conmigo varios años (también han desfilado muchos anos) y no supe de ella hasta que un día, en pleno invierno, me llegó la noticia que esta señorita “solo por una corta temporada” reaparecía, razón por lo cual comencé a llamarla, 1 vez, 2 veces, 3 veces y nada. Cuando ya estaba a punto de tirar la toalla por la susodicha, ella responde a mi última llamada. Conversación va, conversación viene y en eso le digo para meterle huevo - claro está que así no le dije- fui más caballeroso y le dije que me urgía encontrarla pues estaba muy arrecho. Acordamos día y hora (carajo, tuve que esperar todavía algunos días, que para serles sinceros fueron un martirio pues mi mente me torturaba escuchando sus gemidos, recordando cuando la tenía en 4 y todas esas vainas más que a uno lo obligan sentarse, pues parado se te nota la vaina armada).

Así pasó los días y fui al encuentro en un hotel, espere que llegara y cuando entró al cuarto la vi, claro, no estaba igual como la recordaba, pero me di cuenta que en esa oportunidad las luces bajas, el trago en la cabeza y la euforia por tirar la habían “inmaculizado” en el altar de san puta.

Conversación escueta, mientras que poco a poco le iba sacando el brassier, tetas al aire…todo igual, como la deje..ummmm taba rico, luego pantalón abajo y se pararon mis antenitas de vinil (pues mi mazo ya taba armao) y sentí un pequeño olorcillo, para estar tranquilo conmigo mismo me dije “son sus feromonas” así que como buen macho Arriola (o sea, buen caleta) pase por alto este pequeñísimo impase , peroooooo lo más difícil de superar, fue algo que vi, les debo confesar amigos que fue tanto mi trauma que hasta ahora no puedo conciliar el sueño, es más, me despierto agitado imaginado que “algo me ve”.

Continuando con el relato, le baje su calzoncito y vi así una papita rica, unos labios bien cuidados (que no parecía bolsillo de payaso), rosadito, hasta cierto punto perfumado para disimular seguramente el efluvio de fondo. Hasta ahí todo bien, mis labios bajaron por esa zona, cerré los ojos por un instante para concentrarme y sentir placer con mi tacto, la voltee teniendo sus nalgas en mis rostro, ellas carnosas y blancas, mis manos comenzaron a masajearlas y mis ojos todavía cerrados solo imaginaban el banquete que me iba a dar. Cuando en eso por un instante comencé a frotar y frotar, cada mano en una nalga es entonces que decido separarlas para verla en todo su esplendor, en eso abro mis ojos yyyyyy…lo que vi me dejo en shock, mi terapeuta me recomendó que exteriorizara lo que pasé ese día para no llevarlo como un trauma (es por eso que escribo estas líneas) y lo que vi amigos, les soy sincero no se lo deseo a nadie, sobre todo pues mis ojos estaban muy cerca de ese pequeño agujero que sentía mi llegada y tal vez, mi penetrada.

Como les decía, cuando abrí mis ojos, vi algo que también me miraba, ERA UN HUECO PELUDO chesss…esa vaina parecía un ojo –con pestañas y todo- que me miraba!!!…. por un instante se me bajaron los caballos y solo quedaron ponis, ya no quería seguir, esa mirada, se había interiorizado hasta mi subconsciente, pero soy hombre y encima arrecho crónico, fue así que decidí terminar lo que empecé y no pare hasta culminar con la faena, y cual Manolete, corte rabo y oreja, aunque lo primero –para variar - me salió con pelos chesssss.